domingo, 14 de enero de 2018
Paradoja ocasional de una despedida
Una palabra erguida
Como la mano que estrecha los insultos,
Paradoja ocasional de una despedida
Me quedo con el calor de la palabra
Y no con el gesto maltrecho de tu mano
Una palabra solitaria
Absurda y obsoleta,
La dejo perderse con el viento
Al abrir la ventana de mi silencio
Me quedo con mi locura, locuaz
Metáfora perdida
En las lineas escritas en el olvido
aapayés